viernes, 17 de octubre de 2008

Violencia, ciudad y emparentamiento

"Dos jóvenes asaltan al chofer de un camión..." una imagen y realidad que emparenta cualquier ciudad. Si las costumbres, las ideas y formas de sociabilidad plantean diferencias, la contundencia de la violencia nos hacen sentir en casa. Casa: lugar de reconocimiento. Pero a diferencia de la casa, la violencia posibilita reconocer lo desconocido: la posibilidad de la muerte, el golpe, la desgracia, la inquietud.

viernes, 10 de octubre de 2008

El café y el pensamiento

La búsqueda de una idea puede impacientar. Una y otra vez la repensamos. O más exactamente, reformulamos. Pero se resiste, hasta que gracias a un apoyo externo comenzamos a precisarla. En mi caso, ese apoyo suele revestir la forma de una taza de café. Agudiza mis sentidos, focaliza la mirada y alienta los presentimientos. Esta es la gran diferencia con el alcohol (en mi caso, el whisky). Si éste me vuelve carne, piel exudante; aquel me transforma en una punzante mirada.

La diferencia entre una idea genuina y una idea obtusa suele pasar por el olor del café. Sobre todo si la taza es en ayunas.

El lenguaje y la ciudad: Guadalajara y Buenos Aires

Permanecer a la expectativa. Anclado en la sensación de que todo país y toda civilización son idénticos. Más tarda la realidad en quebrantarse y tornarse huidiza, esquiva. ¿Qué tienen de común Guadalajara y Buenos Aires? Acaso un lenguaje o, con más precisión: una determinada tonalidad. Las distancias son insignificantes frente a la contundencia del lenguaje. Y aun así espero un asombro, la posibilidad de que el tono señe algo más.