viernes, 10 de octubre de 2008

El lenguaje y la ciudad: Guadalajara y Buenos Aires

Permanecer a la expectativa. Anclado en la sensación de que todo país y toda civilización son idénticos. Más tarda la realidad en quebrantarse y tornarse huidiza, esquiva. ¿Qué tienen de común Guadalajara y Buenos Aires? Acaso un lenguaje o, con más precisión: una determinada tonalidad. Las distancias son insignificantes frente a la contundencia del lenguaje. Y aun así espero un asombro, la posibilidad de que el tono señe algo más.

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