Enrique G. Gallegos
He visto el intestino,
he podido constatar su volumen acuoso,
la carnosidad que expulsa líquidos;
acaso sea un mundo irreal
limitado por la limpia racionalidad
de ciudades diurnas;
pero constato lo absurdo del día
en la evacuación del intestino,
—grueso o delgado—
al fin
lejos del aroma
de una flor.
domingo, 4 de marzo de 2012
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